domingo, 23 de febrero de 2014

Los estilos de vida saludables.

  • Para nuestro bienestar, debemos cuidarnos para tener una salud equilibrada y una vida saludable. Para eso tenemos que poner en práctica algunas cosas por ejemplo: no fumar ni beber en exceso, tener una dieta equilibrada, hacer ejercicio a diario, además el estrés y la higiene personal son muy importantes entre las demás.
  1. LLEVAR UNA DIETA EQUILIBRADA.

La dieta equilibrada es aquella manera de alimentarse que aporta alimentos
variados en cantidades adaptadas a nuestros requerimientos y condiciones
personales.
La variación es lo idóneo desde el punto de vista del bienestar, permitiéndonos esto disfrutar, además, de la riqueza de los distintos sabores, olores y aromas. De hecho, comer y beber forma parte de la alegría de vivir y, desde luego, la gastronomía no está reñida con las recomendaciones dietéticas ni con una alimentación saludable.
Grupos de alimentos: 
  1. Farináceos y almidones: Pasta, arroz, patatas, cereales, bollería, pan.
  2. Hortalizas: Verduras de cualquier tipo y sus preparaciones: en menestra, panaché, puré, cremas, sopas, ensaladas.
  3. Frutas: frutas crudas y sus zumos, cocidas, asadas y en compota.
  4. Lácteos: Leche, yogur, postres lácteos, quesos, mantequilla, margarina.
  5. Proteicos: Carne, pescado, huevos, embutidos, legumbres, frutos secos.
  6. Grasos: Aceite, grasas vegetales, nata, tocino, otras grasas.
  7. Hidratación: Beber alrededor de 1,5-3 litros de agua al día (también se incluye en esta cantidad las infusiones y los caldos de verduras) dependiendo del sexo, edad, actividad física y temperatura ambiente.
Dieta equilibrada dentro de casa:
  1. Planifica tu compra en el mercado. No olvides incluir alimentos básicos de todos los grupos en tu lista. 
  2. Al pensar los menús, elige alimentos variados de forma que semanalmente incluyas productos de todos los grupos 
  3. No abuses de alimentos ricos en grasas de origen animal 
  4. Elige la forma de cocinado más adecuada utilizando las diferentes formas posibles: asados, a la plancha, al vapor, fritos, etc. 
  5. Es importante no olvidarse de consumir diariamente hortalizas, frutas y lácteos. 
  6. Para los guisos o las ensaladas utiliza preferentemente aceite de oliva o, si no fuera posible, de girasol.
  7. La bebida de elección para comer es el agua. Adicionalmente, quien lo prefiera y sea un adulto sano puede tomar una copa de vino o una cerveza. 
  8. Evita levantarte de la mesa estando totalmente saciado 
  9. Emplea en comer entre 40-50 minutos. 
Dieta equilibrada fuera de casa:
  1. Elige un menú variado que incluya alimentos de todos los grupos básicos. 
  2. Busca un local donde sea posible elegir vegetales frescos (verduras, hortalizas, frutas). 
  3. De postre, selecciona fruta fresca o, de vez en cuando, algún lácteo. 
  4. Evita raciones excesivamente grandes. Es preferible dejar algo en el plato. 
  5. No abuses de fritos, rebozados, empanados y guisos con grasas. 
  6. Como preparación culinaria, elige los alimentos asados, a la plancha, parrilla, vapor, etc. 
  7. Un adulto sano podría tomar una copa de vino o una cerveza para comer, pero es preferible elegir el agua como bebida, sobre todo si tienes que conducir o trabajar después. 
  8. Evita comer en menos de 40-50 minutos. 

2. EJERCICIO FÍSICO.

  1. Ayuda a prevenir el sobrepeso. 
  2. Fortalece y flexibiliza los músculos y las articulaciones. 
  3. Disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares. 
  4. Mejora la masa muscular. 
  5. Favorece la salud ósea reforzando el papel del calcio. 
  6. Ayuda a modificar hábitos como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol. 
  7. Mejora el tránsito intestinal. 
  8. Mejora la capacidad psicomotora, incluida la capacidad de orientación, la de reacción y el control sobre el propio organismo. 
  9. Aumenta las defensas del organismo y mejora el sistema inmunológico. 
  10. Es una forma sencilla de contribuir a la regularización de las tasas de glucemia y de colesterol sanguíneo. 
  11. Un ejercicio físico adecuado nunca ha de ser extenuante ni doloroso.

3. HIGIENE PERSONAL.

La higiene personal protege e incrementa la salud individual.



  1. Higiene de la piel y del cabello: La piel es la barrera que impide el paso de los gérmenes a nuestro organismo, y a la vez contribuye a la regulación de la temperatura corporal mediante la producción de sudor por las glándulas sudoríparas. La ducha diaria con agua y jabón, especialmente en tiempo caluroso, o después de efectuar trabajos duros o en ambientes sucios, elimina todas estas secreciones. El cabello debe lavarse con jabón o champú frecuentemente. Los peines, siempre de uso personal, se mantendrán limpios mediante el uso de soluciones detergentes.
  2. Higiene de las manos: Las manos son nuestro principal instrumento de trabajo y se mancharán con muy diversas sustancias, a la vez que son fuente de contaminación de todo lo que toquemos, pues en ellas, sobre todo alrededor de las uñas, se acumulan múltiples gérmenes. Por ello es necesario que las lavemos frecuentemente con agua y jabón, utilizando el cepillo para la limpieza de las uñas, y siempre antes de comer y después de ir al retrete.
  3. Higiene de los pies: Los pies deben lavarse diariamente, pues en ellos abundan las glándulas del sudor y el cúmulo de secreciones producirá olores muy desagradables, además de grietas e infecciones.
  4. Higiene de la boca: La boca debe ser lavada con la utilización de un cepillo dental para la limpieza después de todas las comidas es un factor imprescindible para prevenir la aparición de infecciones en encías y caries. Los alimentos y bebidas dejan residuos entre los dientes que, al fermentar, favorecen la aparición de estos procesos.
  5. Higiene de los ojos: Los defectos en los ojos de refracción deben ser tratados y corregidos adecuadamente. Proteja los ojos frente a agentes físicos, químicos o mecánicos, mediante el uso de gafas o pantallas protectoras adecuadas al riesgo concreto. Utilice gafas de sol en ambientes luminosos intensos. Las infecciones oculares, principalmente las conjuntivitis, son muy contagiosas, por lo que han de tratarse de inmediato, y todos los objetos que estén en contacto con los ojos serán de uso personal (toallas, pañuelos...).
  6. Higiene de los oídos: Las oídos deben limpiarse diariamente para eliminar sus secreciones, pero evitando la introducción de palillos, bastoncillos de algodón, etc., en el conducto auditivo, ya que esto facilita la formación de tapones de cera y puede dañar fácilmente el conducto, e incluso perforar el tímpano.





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